¿El 5G es seguro para la salud?
“Sí, en función de las evidencias científicas disponibles”. Así lo expuso el Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS) en el informe que publicó en febrero de 2020 sobre el posible impacto sobre la salud del 5G. El CCARS es una institución independiente formado por expertos en diversas especialidades, desde Medicina a Derecho o Ingeniería de Telecomunicación. Para elaborar su informe realizó una revisión de las investigaciones científicas realizadas sobre los efectos biológicos de las radiofrecuencias, específicamente aquellas utilizadas en el 5G, y concluyó que “cabe esperar que los niveles de exposición previsibles con la llegada de la tecnología 5G no cambien significativamente y, en todo caso, no superarán los límites máximos permitidos que garantizan la salud pública respecto a emisiones electromagnéticas”.
El reglamento de la Unión Europea tiene en cuenta el impacto estético que pueden tener las antenas.
Los límites seguros de exposición electromagnética están regulados por la Unión Europea y en el reglamento de implementación de las antenas de 5G que publicó en julio de 2020 establece que el funcionamiento de las mismas se circunscribe a estos límites. Así lo expone la Comisión Europea: “La exposición general con el despliegue de redes 5G será comparable a los niveles existentes: estará muy por debajo de los estrictos límites de exposición de la UE, que, para el público en general, son 50 veces más bajos de lo que la evidencia científica internacional sugeriría que tiene algún potencial efecto sobre la salud. La protección de la salud pública está garantizada por los estrictos límites de exposición establecidos en la Recomendación del Consejo 1999/519 / EC, que establece límites de exposición 50 veces más bajos que las recomendaciones científicas internacionales que garantizan la seguridad pública”.
¿Se van a instalar más antenas?
Sí. El despliegue del 5G requiere de muchas más antenas, pero serán mucho más pequeñas que las instaladas en despliegues anteriores de infraestructuras de telefonía móvil. El reglamento de la Unión Europea también tiene en cuenta el impacto estético que puede tener esta instalación masiva y establece, para pequeñas áreas, unas características físicas para hacer estas mini antenas invisibles a la vista. Este mismo documento también establece que “no deben poner en peligro la estabilidad de la estructura de apoyo sobre la que se instalan; por consiguiente, su peso y forma no deben requerir un refuerzo estructural de la estructura de sustentación utilizada”.
Y, sin embargo, estamos asistiendo a protestas vecinales precisamente por la instalación de estaciones base para nada invisibles en tejados de edificios. Es el caso de un inmueble de Leganés, cuyos residentes han iniciado diversas acciones ante la instalación de varias estaciones base en la azotea sin tener en cuenta los riesgos que su peso entraña para la estructura del edificio, según denuncian.